domingo, 8 de noviembre de 2009

Adelgazamiento de la capa de ozono

Existe un problema que se conoce como adelgazamiento de la capa de ozono y que puede tener consecuencias muy graves para nuestro planeta. Los científicos han detectado variaciones en la cantidad de Ozono que van más allá de los cambios naturales y que tienen su origen en la actividad del hombre.

Ocurre que hace más de 50 años comenzamos a utilizar algunas sustancias químicas que destruyen el ozono y están haciendo que el escudo del que hablábamos se esté debilitando.

Sus nombres pueden ser difíciles de recordar pero para que los sepas te los vamos a nombrar. Los CFCs son los CloroFluoroCarbonos, que se utilizan como refrigerantes, solventes, agentes espumantes y algunas cosas más. Otros compuestos que afectan la capa de ozono por contener cloro (Cl) son el Metil cloroformo (solvente) y el Tetracloruro de carbono (químico industrial). Por otro lado hay sustancias que afectan el ozono por contener bromo (Br). Entre estos, los más comunes son los halones, utilizados para extinguir el fuego.

Lo que pasa es que estas sustancias son muy estables por lo que son dispersadas por el viento y llegan a la estratosfera (donde se encuentra la capa de ozono). Mientras que estas moléculas no se rompen no pasa nada, pero cuando se encuentran con los rayos UV se parten... y ahí empieza el problema. Al partirse liberan cloro (Cl) o bromo (Br) atómico -dependiendo de la sustancia- y estos son los que destruyen el ozono.

Existen otras fuentes que contienen cloro y bromo (las piletas de natación, los volcanes, el mar, distintos procesos industriales) pero estas no alcanzan la estratosfera porque se combinan con agua y caen en forma de lluvia.

Algunos organismos marinos y grandes incendios pueden generar cloro que alcance nuestro ozono pero son responsables de tan sólo el 15% del cloro generado. El resto es obra del hombre...

Para los CFCs, halones y demás compuestos no hay mecanismos de limpieza naturales en la troposfera (parte más baja de la atmósfera ) por lo que eventualmente llegan a la capa de ozono.

El cloro y el bromo rompen las moléculas de O3 y, si bien se sigue produciendo ozono naturalmente en la estratosfera, es más la cantidad que se destruye que la que se construye. Y es así como vamos perdiendo este poderoso escudo que nos protege de los rayos UV-B (a menor cantidad de ozono, menor protección).

¡¡¡Imagínate que un átomo de cloro puede destruir cerca de 100.000 moléculas de ozono!!!

Pero seguramente habrás oído hablar del agujero de ozono. Se conoce con ese nombre al sector en el que el adelgazamiento de la capa es mayor: la Antártida.

Si bien es muy difícil comprender los procesos químicos y meteorológicos que llevan a que se produzca en el Polo Sur y no en otro lado (aunque el Polo Norte ha comenzado a ser afectado también), lo cierto es que el problema es muy grave. Piensa que se han llegado a registrar disminuciones de hasta el 60% en la cantidad de ozono estratosférico...

Si tenemos en cuenta que por cada 1% menos de ozono hay un 2% más de incidencia de los rayos UV-B sobre la superficie de la tierra, nos damos cuenta que el problema es muy serio.



¿Qué consecuencias trae?

Como ya sabes, menos ozono significa menos protección contra los rayos UV-B. Es por esto que si no se revierte el adelgazamiento de la capa de ozono, la superficie terrestre estará expuesta a niveles cada vez mayores de estos rayos.

Ahora bien, ¿que es lo que hacen estos rayos ultravioleta (UV)? Básicamente... destruyen el ADN.

Los ADN son moléculas muy grandes y complejas que se necesitan para la reproducción de los seres vivos. Sin ellas sería imposible la vida.

Ahora bien, ya hemos visto que moléculas son átomos unidos por enlaces, que son los que mantienen juntos a todos los componentes. Lo que hacen los rayos UV-B es romper esos enlaces. Ya te podrás dar cuenta de la gravedad de este problema.

Por un lado están las consecuencias de los UV-B sobre los seres humanos. Estos rayos han sido vinculados con varias enfermedades que sufre el hombre como cáncer de piel, cataratas en los ojos y otras afecciones oculares y disminuciones en el sistema inmunológico.

Además está el problema de los efectos que causan en las plantas. Los rayos ultravioleta alteran los procesos fisiológicos y de desarrollo e indirectamente modifican su forma, distribución de los nutrientes y etapas de crecimiento lo cual es perjudicial para su supervivencia.

Si consideramos que todos los ecosistemas dependen de las plantas nos daremos cuenta de la gravedad de este daño. Pero si pensamos en la gran cantidad de personas que dependen de las cosechas para tener alimento... no nos queda otra que ponernos a trabajar para revertir la situación.

Los rayos UV-B traen además serias consecuencias sobre los ecosistemas marinos. El fitoplancton es la base de todas las cadenas alimentarias de nuestros mares y océanos. Bueno, se ha demostrado que estos rayos afectan su movilidad y causan muchas veces su muerte. Por otro lado, los UV-B provocan daños en peces, camarones, anfibios y otros animales marinos durante sus primeras etapas de desarrollo, lo cual afecta sus capacidades de reproducción y lleva a una reducción en el tamaño de las poblaciones .

Sumado a esto, el incremento en los rayos ultravioleta altera los ciclos biogeoquímicos, como el del carbono, lo cual puede tener influencias sobre el efecto invernadero .

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